La historia de la ética comienza con filósofos de la antigua Grecia como:
Sócrates, quien creía que la ética era fundamental para vivir una buena vida y enseñaba que el conocimiento de lo que es bueno lleva a una conducta justa. ya que consideraba que la virtud estaba íntimamente ligada con el conocimiento y que el mal era resultado de la ignorancia.
Platón, su discípulo, expandió esta idea y afirmó que las virtudes son esenciales para una vida armoniosa entre las partes del alma y en la comprensión de las ideas, donde desarrolló la teoría de las Formas, en la cual el Bien supremo es un ideal eterno.
Aristóteles propuso la ética como una búsqueda de la eudaimonía (felicidad o bienestar) mediante la virtud y el equilibrio, conocida como la doctrina del justo medio. Siendo este el fin último de la vida ética.
Epicuro destacó que la ética debe centrarse en la búsqueda de placer verdadero, definido como la tranquilidad del alma y ausencia de dolor. Abogando por una vida moderada y la reducción de deseos innecesarios para lograr la paz interior.